Define el Diccionario de la Real Academia Española
la belleza como “la propiedad de las cosas que hace amarlas,
infundiendo en nosotros deleite espiritual. Esta propiedad existe en la
naturaleza y en las obras literarias y artísticas”. Ese deleite puede
proceder tanto del placer como del dolor, pues una cosa es la belleza y
otra aquella cosa o situación en la que se pueda encontrar (de la misma
manera que la bondad o la maldad –también apreciaciones humanas- son
algo distinto de la clase social de la persona en la que se pueda
percibir).
Dos ejemplos de ello se pueden encontrar en una reflexión sobre la pornografía